El primer paso: La Barquería:
El avance de los peregrinos por el entorno solitario de la Cornisa Cantábrica, de difícil relieve > dura climatología, estaba cuajado de toda suerte de obstáculos a cada paso (pillaje, accidentes, enfermedades), sea cual fuere la ruta elegida para llegar a Santiago.
Algunos de los peregrinos se aventuraban a seguir el pie de la cordillera, pese a lo áspero del terreno. Esta ruta no estaba, pese a todo, exenta de ventajas: pues permitía atravesar los ríos en tramos próximos a su nacimiento, donde el cauce era estrecho y sobre los que resultaba más fácil tender un puente o sencillamente vadearlos.
Los viajeros de a pie que descartaban la ruta del interior, en las estribaciones de las montañas, circunscribían también el litoral, pero por tierra. El trazo abrupto, con el que la costa del norte de la Península Ibérica se asoma a las aguas, les obligaba a dar grandes rodeos para evitar el paso de las desembocaduras de los ríos y los brazos de mar. Aunque, por lo general, evitaban el esfuerzo añadido pagando un pasaje en pequeñas barcas que les cruzaban de una orilla a otra, embarcaderos que cumplían con este servicio de recibir y dar salida a los peregrinos.
La barquería de Santo Domingo, fue un perfecto ejemplo de esta situación, por su configuración geográfica.
La posición estratégica de la Barquería de Santo Domingo, entre dos villas que custodiaban los restos de mártires, San Emeterio y San Celedonio, en Santander, y Santa Juliana, en Santillana del Mar, incrementó el tránsito de peregrinos por estas tierras. Existe patrimonio arquitectónico y documentación
Tal fue su importancia que en el año 987 el Conde García Fernández de Castilla le concede privilegio a Santa Juliana para favorecer “Frates et presbíteros peregrinos”.En 1107 un grupo de cofrades fundó en el término de Cortiguera el Monasterio de Santo Domingo de la Barquera, a fin de mantener una barca en que cruzar de un lado para otro la ría Saja-Besaya a peregrinos pobres y ricos, viudas, huérfanos, etc…
La Edad Media nos revela un hecho singular en Cudón. En este pueblo, probablemente en el barrio de Vía, estaba la iglesia de San Salvador, que no estaba bajo la tutela del monasterio de Oña como las demás iglesias, sino en la órbita de la Abadía de Santillana del Mar. Esta excepción tiene su razón de ser, porque la Abadía de Santillana controlaba el paso de la barca por la ría a través de esta iglesia de San Salvador en Cudón y la de Santo Domingo, en Cortiguera.
La barca de Cudón, que se cogía en el lugar conocido todavía como el Barco, era un enlace imprescindible para llegar a Santillana, Suances o Santander en la ruta de peregrinos que hacían el Camino de Santiago o en el ir y venir de personas y mercaderías por esta zona de Cantabria. La barca era muy importante para Cudón y para todos los pueblos de la Honor por razones obvias, tanto es así que los seis concejos tenían un antiguo acuerdo con los barqueros por el cual pasaban libremente a condición de entregar cierta cantidad de trigo y de maíz.
En: ONGAYO
“…Tuvo dicho pueblo hasta el año 1936 en que fue destruido por un criminal incendio,
una magnífica iglesia (actualmente reconstruida) puesta bajo la advocación del glorioso Apóstol y en ella podían verse buenos retablos e interesantes imágenes de distintas épocas y estilos, sobresaliendo la magnífica que en el altar mayor representaba al vencedor de Clavijo en su triunfo contra la morisma. Por un milagro de equilibrio puede
contemplarse todavía, aunque posiblemente su desaparición sea muy rápida por
los destrozos que causó el incendio en dicha iglesia, la interesante bóveda del ábside
que presenta en una de sus claves la Cruz de Santiago. Dentro de la hornacina
situada sobre la entrada principal del templo, hay, colocada y con mutilaciones
lamentables la pequeña imagen del Apóstol desmontado, tallado en piedra y no
carente de interés artístico.
Muy próxima a la iglesia a la cual vamos haciendo referencia, existe una vía
de camino de más de cuatro metros de anchura, aunque invadida buena parte de
su trayecto por hierbas, helechos y zarzales que sigue denominándose el Camino
de Santiago, y cerca de él descúbrese una fuente a la cual se baja utilizando grandes
piezas de piedra sin labrar de notoria antigüedad que forman a modo de escalera.
En esta fuente, según la tradición local aplacaban su sed los peregrinos que
iban a Compostela”.
También en la novela Histórica “Ave Maris Stella”, de Amós de Escalante, en el capítulo la Torre de Cortiguera, se cita sobre la acogida de peregrinos:
“De suerte que era la torre por dentro lo propio que por fuera, triste, fría, desnuda, verdadera mansión de peregrino, alzada para pasar en ella breve espacio, tras la fatiga de la jornada o la pelea, dormir o velar la noche postrera de la vida, y alzarse gozoso al ver llegar la anunciada mañana”.
Grabado obtenido en biblioteca Jacobea. (Carrión de los Condes).
Figura del apóstol en la iglesia
De Ongayo.
Iglesia de Santiago en Ongayo y antigua calzada o Ager,
Actualmente llamada Camino de Santiago. A la
Izquierda Fernando Barreda.
Convento Madres Trinitarias
Futuro albergue de peregrinos.
Embarcadero de Santo Domingo.
Desde el municipio de Suances en 2017, cuando tiene lugar el año Jubilar Lebaniego segundo del segundo milenio cristiano y el número 73 en su haber, quiere honrar a los peregrinos que pasaron y a los que han de cruzar sus tierras con la recuperación de las antiguas vías medievales y modernas, bien a celebrar dicho año santo Jubilar lebaniego y hacia Santo Toribio de Liébana o bien a los que continúen hacia Santiago de Compostela a ganar el jacobeo.